jueves, 13 de febrero de 2014

DAVID LÓPEZ GARCÍA








Viaje al centro de la Tierra a la manera de Julio Verne



Penetro poco a poco en tus entrañas
buscando en las honduras silenciosas,
en mundos subterráneos no hollados
un país que se llama con tu nombre.
  

Un ardiente rumor, un canto antiguo,
un temblor procedente de tu templo
viene desde lo oscuro hasta encontrarme
y acompasa su son a mi latido.


(La espada que atraviesa la coraza,
el barreno que horada galerías,
un árbol cuya copa roza el cielo,
una antorcha que hiende las tinieblas.)


Cabalgo por praderas siempre verdes,
vadeo la corriente de tus ríos,
descanso en la frescura de tus valles
y escalo las montañas de la luna.


Lenguas de lava, nieve, un gran destello,
el final del dominio de las sombras
y la luz cegadora del creyente.


Y el reposo al amparo de las viñas.






Imagen: “Ce n’est qu’une forêt de champignons”, dit-il. Ilustración de Édouard Riou para la edición de 1864 de Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne.




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