lunes, 24 de febrero de 2014

MARGARITA MICHELENA








A las puertas de Sión



                                  J'attends une chose inconnue
                                  Mallarmé




Ya sólo soy un poco de nostalgia que canta.
Y a tus puertas estoy como una piedra
gris en el lujo nítido de un prado.

No traje nada aquí ni dejo nada.
Tampoco sombra alguna ha descendido
de mis propias tinieblas y mis brazos.
Ninguna flor tomé sobre la tierra
para no encadenarme a su hermosura
ni por gracia mortal ser poseída.
No traigo ni el fantasma de un perfume
a tu jardín de límpidas esferas.
La soledad te traigo que me diste.

Óyeme aquí gemir, tu criatura
del exilio y del llanto.
Óyeme aquí, tu ciega enamorada
que su muerte muriendo sin morirse,
tu estrella ve temblando, suspendida,
desde el hundido túnel de su canto.

¿Cuándo enviarás mi sombra a devolverme?
¿Cuándo podré marchar hacia tus prados,
a tus puertas de oro,
cuándo por tus jardines apartados
iré ya sin muerte, ya robada
para el ancla vencida de mi polvo?

No más mi cuerpo ver, como un alcázar
de música ruinosa, ni la noche
circundando mi fiesta de amargura.
No más hablar de ti desde mi boca
que es sólo como muerte detenida,
no hablarte con mi voz, que se levanta
demorado desastre. Abre tus puertas
y ciega con la vista mis dos ojos.
Mátame de belleza, ya alcanzado
el gran callar hacia donde navega
la nave de nostalgia que es mi canto.

Deja que en este punto mi ceniza
se caiga desde mí, que me desnude
y me deje a tu orilla, consumada.
Que con brazos de amor —no los que tuve—
llegue por fin a la sortija de oro
con que al misterio ciñen tus murallas.



Imagen: Equal Of Heaven, Heavenly Meadow.



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