Tarde
Era hermosa aquella tarde con la interminable discusión
en la vereda.
Los pájaros gorjeaban, pasaba la gente, corrían los
automóviles.
Por la ventana de enfrente se oían cantos rembéticos* en
la
radio y la niña de nuestro vecino cantaba su pena.
Se deshojaba la acacia y perfumaba el jazmín
y cerca de la muralla los chicos jugaban a la escondida
y las niñas hacían girar la cuerda —
jugaban cerca de la muralla y no sabían de la muerte,
jugaban cerca de la muralla y no sabían del
remordimiento,
y yo amé mucho a los hombres aquella tarde,
no sé por qué, los amé mucho, como un moribundo.
* rembético: especie de canto popular.
Traducción de Horacio Castillo.
Imagen: L. S. Lowry, Niños jugando, Failsworth.
No hay comentarios:
Publicar un comentario