lunes, 17 de marzo de 2014

LI-YOUNG LEE







La mañana desciende a esta ciudad vacía de ti.
Páginas y ventanas prenden fuego y tú no estás.
Alguien barre su tramo de acera,
despierta a los borrachos, tirados como ropa sucia,
y tú estás lejos.

No estás en el viento
que alguien anota en el margen de un libro.
Te has ido de las breves hogueras en solares vacíos
donde formas humanas se apiñan,
aspirantes a su propio fantasma.

Entre muros de ladrillo, en un espacio no más ancho que mi rostro,
un retoño sin hojas se yergue sobre el barro.
En sus ramas, un nido de bocas desolladas
abriéndose y piando, fuegos escuálidos que han de comer.
Mi hambre de ti no es menor que la suya.



Imagen: Jack Delano, Autorretrato, 1947.


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