Basta
Así sea muy ancho lo creado,
es más estrecho que un
establo.
De aquí hasta allá. Piedra,
árbol, casa.
Actuando estoy. Llego
temprano, me retraso.
Pero alguien entra a veces
y lo que existe se abre de
repente.
Basta ver una faz, una
presencia,
y ya sangra el papel de las
paredes.
Sí, sí, basta una mano, como
cuando
revuelven el café o hacen el
gesto
de abandonar la escena,
para olvidar entonces dónde
estamos,
la hilera de ventanas sin
aire, y luego
regresar en la noche a
nuestro cuarto
para aceptar lo inaceptable.
Traducción de Rodrigo
Escobar Holguín y Vera Székács.
Imagen: René Magritte, Le Domaine d'Arnheim, 1949.
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