Ahora ya nadie querrá
escuchar canciones.
Los amargos días
profetizados llegan desde la colina.
Te lo digo, canción,
el mundo ya no tiene maravillas;
no destroces mi
corazón, aprende a estarte quieta.
No hace mucho, libre
como cualquier golondrina,
luchabas, felizmente
contra las mañanas, desafiando sus peligros.
Ahora vagarás como un
mendigo hambriento,
llamando desesperada
a la puerta de los extraños.
Versión de Kyra
Galván.
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