Solitario como nunca
Solitario como nunca
en agosto:
plenitud de la hora;
por la tierra
los incendios del
rojo y el oro,
¿pero dónde está el
placer de tus jardines?
Los lagos claros, los
cielos tenues,
los campos puros y
relucientes,
¿pero dónde están las
victorias y sus pruebas
del reino al que
representas?
Donde todo por dicha
se justifica
y se cambian la vista
y la promesa
del aroma del vino y
de las cosas,
tú oficias la
desdicha y al espíritu sirves.
Traducción de José
Manuel Recillas
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