Incertezas
En la elección del
mes más adecuado
para largos viajes
imaginarios, nos demoramos
entre mayo, a salvo
del comienzo del verano,
y setiembre, que no
es desesperado
pero tampoco alegre.
Abril se lo dejamos
a otros examinadores.
Fuimos de la opinión
de omitir los meses
muertos en la morsa del hielo.
Así el tiempo
inexorable transcurre
y de improviso, de un
salto, se detiene.
Versión de J.
Aulicino
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