Cuando la luna es de melón, una tajada en
la ventana
y en redor es la calina, cerrada la puerta
y la casa encantada
por las azules ramas de glicinas, y en la
fuente de arcilla hay agua fría
y la nieve del paño y arde una bujía de
cera
tal que en la niñez, mariposas zumban.
La calma, que no oye mi palabra, retumba,
entonces de lo negro de rincones
rembrandtianos algo se ovilla de pronto
y se esconde allí a mano, pero no me
estremezco, ni me asusto siquiera...
La soledad en sus redes me hizo
prisionera,
el gato negro del alma me mira, como ojos
centenarios,
y en el espejo mi doble es tal vez mi
contrario.
Voy
a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
Versión de María Teresa León.
Versión de María Teresa León.
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