Aparente quietud
Aparente quietud
ante tus ojos,
aquí, esta
herida -no hay ajenos límites-,
hoy es el fiel
de tu equilibrio estable.
La herida es
tuya, el cuerpo en que está abierta
es tuyo, aun
yerto y lívido. Ven, toca,
baja, más cerca.
¿Acaso ves tu origen
entrando por tus
ojos a esta parte
contraria de la
vida? ¿Qué has hallado?
¿Algo que no sea
tuyo en permanencia?
Tira tu daga. Tira
tus sentidos.
Dentro de ti te
engendra lo que has dado,
fue tuyo y
siempre es acción continua.
Esta herida es
testigo: nadie ha muerto.
Imagen: Agostino
Arrivabene, Il cantico del respiro genera promesse, 2014.
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