Las albóndigas
Dos días ya que por
tu causa, Mirta,
contravengo las
instrucciones del Señor
y, cualquier tarde de
estas, los del hakim me harán prender:
a mí, el más limpio
del mercado,
pero que ahora, con
la carne
tan magra y viva como
siempre,
la miga justa y las
especias de Alcira,
echo cada mañana en
mis albóndigas
cosa que no debieran
llevar, lágrimas.
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