lunes, 30 de diciembre de 2013

ALFONSO GUMUCIO DAGRÓN








Corazón



Caliente digitígrado desobediente
a galope tendido por la vida
viajero submarino sin aliento
nervio de su propio pensamiento
rebelde según la circunstancia
ajeno a la razón
sordo a veces
y a veces
ligero trote acuático
hipocampo sorprendido.



Imagen: Raimlla, Mi corazón Very Ugly - Journal 19




EUGENIO DE ANDRADE







Blanco en lo blanco

Haz una llave, aunque sea pequeña,
entra en la casa.
Consiente en la dulzura, ten piedad
de la materia de los sueños y de las aves.

Invoca el fuego, la claridad, la música
de los flancos.
No digas piedra, di ventana.
No seas como la sombra.

Di hombre, di niño, di estrella.
Repite las sílabas
donde la luz es feliz y se demora,

vuelve a decir: hombre, mujer, niño.
Donde la belleza es más nueva.



Versión de Aníbal Núñez.


domingo, 29 de diciembre de 2013

DAVID LÓPEZ GARCÍA







Ars poética III



Toma el bolígrafo y escribe un poco,
unas letras aquí y otras allá.
Escribe, por ejemplo, que hoy es lunes
y que se esperan lluvias caudalosas.
Escribe, por ejemplo, que a las cuatro
un ligero temblor habrá en tu pecho
sin víctimas mortales ni derrumbes,
que una ligera brisa persistente,
tibia aún, tal el cuerpo de un infante,
agitará las ramas este otoño.
(Verdades o mentiras, qué más da
si nadie ha de leer lo que compones.)
Luego escribe que tienes hambre o frío,
que has encontrado aquello que perdieras,
que aún de tu niñez recuerdas algo,
que no suena el teléfono y aguardas,
que anoche vino Amor, que no estuviste
solo y que ya no habrá más dilaciones…
No escribas mucho más, por experiencia
sabes que los discursos largos cansan.
Coloca los renglones luego en orden
–que midas o no sílabas no importa
pues hablamos de lírica moderna-.

Ya tienes ante ti una poesía.



ISMENE MATAS






Los amantes de Teruel


Aquí estás pero no llegas
a mí, un desmedido trecho
sin palabras nos separa.
Tan cerca que las palabras
no caben entre nosotros.
Mudos. Nuestras bocas mudas,
cosidas con el alambre
frío del amor difunto.
Muertos. En dos ataúdes
uno junto al otro yacen
nuestros corazones muertos.
Aquellos que nos visitan
y ven nuestra cercanía
dicen: “Sí, cómo se amaban”.
Ellos se amaban, nosotros
nos amábamos, amor.
Desde nuestros ataúdes
circunspectos nos reímos.



Imagen: Juan de Ávalos, Mausoleo de los Amantes de Teruel, 1955 (detalle).