El sueño y el despertar
Como yo no entendía nada
ni tú tampoco,
hemos creído que somos de la
misma edad.
Nos hemos confesado uno frente al
otro
el más oculto secreto:
que existimos...
Pero era de noche y, ay, por la
mañana,
terrible descubrimiento,
me había despertado con la sien
sobre ti,
amarilla, gavilla, trigo.
Y he pensado: Dios mío,
¿qué clase de pan sería yo
y para quién?
Traducción de Darie Novaceanu.
Imagen: Maestro Wenceslao,
Agosto, Ciclo dei mesi, c. 1400.
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