Caída
Te asientas con las
manos y los pies
en lo alto del deseo
y buscas una nube
a que agarrarte si la
brisa es propicia
y empieza entonces a
temblar la tierra.
Gritas en tu caída
pero ¿quién oye el
grito
si el derrumbe lo
apaga?
Y justo entonces vela
la cumbre del deseo
en la ansiada nube.
Traducción de José
Antonio Fernández Romero.
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