Corté el manzano grande
Corté el manzano grande que tenía delante de la ventana.
Me tapaba la vista, ésa era una razón, hasta en verano
estaba oscura la habitación, además
en el mercado de frutas ya
no querían sus reinetas.
Pensé en lo que hubiera dicho
mi padre, a él le gustaba
aquel manzano.
Pero lo talé.
Todo se hizo más luminoso, puedo
ver todo el fiordo
y seguir mejor lo que pasa
en todas las direcciones,
la casa está ahora
más a la vista,
se exhibe mejor.
No quiero admitirlo, pero echo en falta al manzano.
Esto ya no es como antes. Nos protegía del viento y daba
buena sombra, el sol se filtraba por el ramaje
hasta la mesa, y por las noches me solía recostar a escuchar
el susurro del follaje. Y las reinetas, no hay
mejores manzanas en la primavera, tienen un sabor
tan aromático.
Me duele cada vez que veo el tocón, cuando se haya podrido
lo sacaré de la tierra y lo cortaré para leña.
Imagen: Gustav Klimt, Manzano, 1912
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