viernes, 15 de noviembre de 2013

JUANA DE IBARBOUROU







Mi casa tan lejos del mar.
Mi vida tan lenta y cansada.
¡Quién me diera tenderme a soñar
una noche de luna en la playa!

Morder musgos rojizos y ácidos
y tener por fresquísima almohada
un montón de esos curvos guijarros
que ha pulido la sal de las aguas.

Dar el cuerpo a los vientos sin nombre
bajo el arco del cielo profundo
y ser toda una noche, silencio,
en el hueco ruidoso del mundo.



Imagen: Fotografía de Marc Tooze.


No hay comentarios:

Publicar un comentario