Reclinas la cara en
la melancolía...
Reclinas la cara en
la melancolía y ni siquiera
oyes el ruiseñor. ¿O
es la totovía?
Soportas mal el aire,
dividido
entre la fidelidad
que debes
a la tierra de tu
madre y al casi blanco
azul donde el ave se
pierde.
La música, digámoslo
así,
fue siempre tu
herida, mas también
sobre las dunas fue
la exaltación
No oigas el ruiseñor.
O la totovía.
Dentro de ti es
donde toda la música
es ave.
Versión de Aníbal
Núñez.
Imagen: Ilustración
de Amber Alexander.
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