Los
amantes de Teruel
Aquí
estás pero no llegas
a
mí, un desmedido trecho
sin
palabras nos separa.
Tan
cerca que las palabras
no
caben entre nosotros.
Mudos.
Nuestras bocas mudas,
cosidas
con el alambre
frío
del amor difunto.
Muertos.
En dos ataúdes
uno
junto al otro yacen
nuestros
corazones muertos.
Aquellos
que nos visitan
y
ven nuestra cercanía
dicen:
“Sí, cómo se amaban”.
Ellos
se amaban, nosotros
nos
amábamos, amor.
Desde
nuestros ataúdes
circunspectos nos reímos.
Imagen: Juan de Ávalos, Mausoleo de los Amantes de
Teruel, 1955 (detalle).
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