domingo, 15 de diciembre de 2013

EMILIO PRADOS








Atardecer. Quietud



Serena, igual que esta rama
se alza en el viento mi sangre
¡qué rojo tallo de pulsos
alza dentro de mi carne!
¡Qué fuente! ¡qué claro río
en pie en mi cuerpo se abre,
igual que se abre en el cielo
este árbol! ¡Qué limpios cauces
bajo mi frente mis venas
enredan, como en el aire
sus blandas ramas el árbol
enreda bajo la tarde!
Como sus frutos, mis ojos
temblando en mis sienes nacen.
¡Qué majestades de cumbre
la de sus dos altos mares!
¡Qué solemne actitud última
la de sus dos soledades!

Serena igual que esta rama
se alza en el vinto mi sangre...
¿Hasta qué espacio, mis ojos
han de llegar por buscarte?



Imagen: Eyvind Earle, Valley of Dreams, 1992.




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