Tengo piedad de las
estrellas
que brillan desde
hace tanto,
desde hace tanto
tiempo...
Tengo piedad de
ellas.
¿No habrá un
cansancio
de las cosas,
de todas las cosas,
como de las piernas o
de un brazo?
Un cansancio de
existir,
de ser,
sólo de ser
o ser triste brillar
o sonreír...
¿No habrá, en fin,
para las cosas que
son,
no la muerte, pero sí
alguna especie de
fin,
o una razón,
algo así
como un perdón?
Traducción de Rodolfo
Alonso.
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