Vida callada
De la vida callada de
las plantas
aprendo olvido. Al
cielo
alza el almezo sus
ramas gimientes
de ruiseñores.
Me detengo un
instante. La memoria
se adormece a su
sombra. De mi vida
pasada nada quiero,
vana imagen
que huye como el
agua.
En la tarde otras
tardes profundizan
esta hora. El sosiego
que me invade
no altera mi
tristeza.
Acaso la eterniza.
¿Todo muere?
¿Morirá mi dolor?
Toda mi vida
se me aparece ahora
como un ansia
frustrada de
hermosura.
Claro almezo,
eleva entre tus ramas
plañideras
mi corazón callado
hasta la luna.
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