Ayer vendrá
La tarde va a morir;
en el camino
la flor de las
acacias se deshace
al impulso del
viento. Entre las ramas,
mortal, casi
vibrante,
queda el último sol.
La tierra huele,
comienza a oler, ni
cabe
ya dentro de sí misma
y se levanta:
ahora hay tierra en
la tierra y en el aire.
Y hay un bardal con
sol; hasta él llegamos;
la sombra es el
resumen de la tarde.
te he sentido llorar.
No sé a quien lloras.
hay un humo distante
-un tren que acaso
vuelve- mientras dices:
"Soy tu propio
dolor, déjame amarte".
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