Despertar
Absorto pez,
dormida golondrina,
mariposa en el
aire de la muerte,
rosa fallida en
la impasible umbría,
esmeralda
evadiéndose del verde
color de su
destino. En las heridas
la sangre blanca
y el dolor ausente,
el mundo
trastrocado en una orilla
en que la luz y
el ámbito se pierden.
Dentro de la
avellana de mi sueño
esa hilera de
imágenes sin filo,
ese jardín de
helados asfodelos,
esa playa de
lápices y vidrios,
esa manada
afónica de renos,
esa luna
guiñando sobre el cirio.
¡Gozo de
despertar equilibrada,
como cualquier
mañana de los días!
¡Gozo de sol y
éxtasis del agua,
exacta magnitud
de la alegría,
regreso de la
imagen dislocada
en los espejos
de la pesadilla
y la casa, mis
perros, la mañana,
en la gracia y
el orden de la vida!
Imagen: Ariadna
dormida, S. II.
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