Cuando viajéis hacia la
Luna llevad con vosotros un barco. Podéis transportar al principio la proa para cortar las olas, después la popa, el mástil, los remos.
Buscad un lugar tranquilo y esperad hasta que la Tierra, en eclipse, arroje su sombra, por la izquierda, encima de
vosotros.
Dejad el barco allí. Regresad. Para que crean los otros que allí también hubo un diluvio...
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