Algunas veces vuelvo de un país sin paisaje donde no soy más que una
brizna de viento muy denso en la noche. Allí la vida es virginal y la sangre se pierde en la melodía más gratuita del alma. Si alguna vez el mundo se revela los hombres tienen la gravedad de cualquier rostro
pintado. Los campos, los árboles, el cielo, se llenan de la melancolía más terrestre al ser creados por la mirada y la historia de un
hombre. Pues toda cosa pintada a imagen de su hermosura hace germinar la muerte de aquel que la dibuja.
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