Señor que me has
perdido las gafas,
¿por qué no me las
encuentras?
Me paso la vida
buscándomelas
y tú siempre
perdiéndomelas,
¿me has traído al
mundo para esto,
para pasarme la vida
buscando unas gafas,
que están siempre
perdiéndoseme?
Para que aparezca
este tonto
que está perdiendo
sus gafas,
porque tú eres,
Señor, el que me las pierde
y me haces ir por la
vida a trompicones,
y nos das unos ojos y
nos pierdes las gafas,
y así vamos por el
mundo con unas gafas
que nos pierdes y unos
ojos que nos das,
dando trompicones,
buscando unas gafas
que nos pierdes y
unos ojos que no nos sirven.
Y no vemos. Señor, no
vemos,
no vemos, Señor.
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