Resignación
Abrázame maternal y suave,
y muéstrame el reino celeste,
tú noche soñadora;
y haz descansar mis pesares,
-ocultos en tu regazo-
sobre rosas y sobre hojas de plata
en el profundo polvo de la tierra.
En la luz crepuscular, en el brillo crepuscular
se pulverizan tus ensueños
en la suntuosidad azul de las nubes.
Me preparo para la batalla del día.
Y ansío la noche eterna.
Para derretirme silenciosamente en el rojo de la tarde,
en tu brazo de salvador, muerte.
Abrázame maternal y suave,
y muéstrame el reino celeste,
tú noche soñadora;
y haz descansar mis pesares,
-ocultos en tu regazo-
sobre rosas y sobre hojas de plata
en el profundo polvo de la tierra.
En la luz crepuscular, en el brillo crepuscular
se pulverizan tus ensueños
en la suntuosidad azul de las nubes.
Me preparo para la batalla del día.
Y ansío la noche eterna.
Para derretirme silenciosamente en el rojo de la tarde,
en tu brazo de salvador, muerte.
Versión de Sonia Almau
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