Desierto de alabastro
Desierto de
alabastro,
blancas dunas,
anoche fueron sueño.
Era un viaje polar
inacabable...
Grandes bloques
flotaban
como naves sin rumbo,
a la deriva, yertos.
Gaviotas,
bobos-pájaros
los seguían gritando.
No sé si caminaba
por la nieve
blanquísima.
Mas, sola,
deslizándome,
llegaba yo a un
centro:
era el eje del mundo,
misterio congelado.
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