domingo, 27 de abril de 2014

ENRIQUETA OCHOA








Lo que más amo, lastimo



Dejo caer el látigo duro de mi voz
y lo que más amo, lastimo.
Dejo caer la ola súbita de mi ira
en cada palpitación
y lo que más amo, lastimo.
Dejo caer mi dignidad herida,
como bolsa de hiel que se revienta
y lo que más amo, lastimo.
Saco la frazada de mi amor
—a mordiscos, a puntapiés despedazada—
y te quiero cubrir,
se te clavan sus puntas de hielo desdentado,
aúllas de dolor
y yo te amo,
te quiero cubrir, ponerte a salvo
de los colmillos negros de la vida.




Imagen: Giovanni Baglione, Eros Divino derrota a Eros terrenal, hacia 1602 (detalle).



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