miércoles, 30 de abril de 2014

FERNANDO DE HERRERA







«¿Dó vas? ¿dó vas cruel, dó vas?; refrena,
refrena el presuroso paso en tanto
que de mi dolor grave el largo llanto
a abrir comienza esta honda vena;

oye la voz de mil suspiros llena
y de mi mal sufrido el triste canto,
que no podrás ser fiera y dura tanto
que no te mueva esta mi acerba pena;

vuelve tu luz a mí, vuelve tus ojos
antes que quede oscuro en ciega niebla»,
decía en sueño o en ilusión perdido.

Volví, halléme solo y entre abrojos,
y en vez de luz, cercado de tiniebla
y en lágrimas ardientes convertido.




Imagen: Kay Sage, El lado superior del cielo, 1944.



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