Nada más que un soplo
Sí, todo hombre de
pie nos es más que un soplo,*
polvo en la garganta
sus gritos, sus llantos,
sus cantos de amor y
desamparo, arena
del deseo que se
hunde: morir,
no morir, qué importa
después de todo,
si el mar no es otra
cosa que un suspiro
en el sueño del cielo
que se abandona,
nuestros ojos la vela
presa de vértigo
que cae rápido sobre
la barca de carne
– oh, frágil esquife
en la niebla, sin otro fanal,
que la pequeña voz
que se balancea
detrás de la nuca,
repitiendo
el incansable ¿quién
eres tú, quién eres tú, quién?
*Salmo 38, versículo 6.
Imagen: René
Magritte, La Belle Societé, 1965-1966.
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