En el justo tiempo
humano
Yace en el viento de
profunda luz
la amada del tiempo
de las palomas.
De mí, de agua, de
hojas está formada.
Sola entre los vivos,
oh dilecta razón,
es una noche desnuda.
Su voz consuela
al ardor luminoso, a
la alegría.
Como nos desilusiona
la belleza,
la memoria se limpia
de las formas
extrañas,
nuestro espejo
interior se va limpiando
de afectos y
fulgores.
Pero de lo profundo
de tu sangre,
en el justo tiempo
humano
renaceremos sin
dolor.
Traducción de Hugo Gutiérrez Vega.
Imagen: Andrea Kowch, Night Hill, 2010.
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