martes, 20 de mayo de 2014

LAWRENCE RAAB







El poema que no puede ser escrito


es diferente al poema
que no ha sido escrito, o a los muchos
que nunca serán terminados, esos barcos
perdidos en la niebla, a la deriva
en latitudes sin vientos,
los mapas inútiles, el agua perdida.
No hay peligro en el poema
que no puede ser escrito,
ni pesadas cargas de significado,
ni siquiera significado. Y en esto
consiste su esplendor
y se convierte en un emblema,
no de un fracaso o una pérdida,
sino de lo imposible.
Entonces, llega el viento. Las rasgadas velas
se hinchan y el aire es más agradable.
Aparece una isla verde
y todos estamos a salvo.




Traducción de Alejandro Oliveros.

Imagen: William Hodges, View of the Islands of Otaha (Taaha) and Bola Bola (Bora Bora) with Part of the Island of Ulietea (Raiatea), 1773.




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