Mediación
He aquí el
rescate y la mediación ruda;
cae el torrente
de las lágrimas y de las gratitudes;
el cielo,
trastornado, sobre mí hace llover su plenitud.
Toda la
abundancia ha caído, como una catarata, sobre mí.
Pasado vértigo
de carne y de sangre terrestres.
Inanidad de
volar tan alto sin ningún cebo:
buitre cogido en
lo azul; agonizante sin fallecimiento;
¿cortar los
lazos? Un gigante no osaría hacerlo.
Y después, todo
se disipa; y despues, todo está cerrado y triste.
El amarillo
vuelve. Estoy de rodillas. Echado
en tierra, con
los ojos turbios, con los ojos vacíos y sin brillo,
con el espíritu
agotado, con el corazón sofocado por un redoble de agonía.
Verdaderamente,
tuvo lugar este hecho: que fueses,
Soberano
Chang-Ti, Señor Cielo del Templo claro,
de quien se dice
que oprime el tazón volcado del aire
con su majestad
de azur, de jade y de hierro.
Versión de
Leopoldo Azancot.
Imagen: Chang Si,
Tortuga.
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