El dios en mi
cerebro
Cuando casi
estaba despierto recordé
que esa noche
había vivido en el pasado
y sin el menor
asombro había vuelto
a creer que Dios
existía
quería por fin
hablar con él
es un hombre muy
amable me dijeron
le puedes llamar
por teléfono
llamé y escuché
una voz, una voz muy dulce
así que me
imaginé una dulce mujer alada
como las que se
ven en las tarjetas de felicitación
si quiere hablar
con dios, dijo, pulse uno
si no lo quiere
no pulse
pulsé uno
y la misma mujer
alada dijo: todavía hay
una persona a la
espera y esa persona es usted
recordé que tuve
que meditar sobre esto
infinitamente
hasta que desperté y Dios había vuelto
a desaparecer,
por ahí en mi cerebro
Imagen: Antonio
López García, El teléfono, 1963.
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