jueves, 18 de septiembre de 2014

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ ROJAS









Tengo el recuerdo aquí. La luz aquella
    del jardín por la tarde en el estío,
    y los vencejos en el ancho río
    de la tarde tranquilamente bella.

    ¡Oh Señor, oh terror!, tu amor lo sella,
    y el instante no pasa. En el sombrío
    jardín, el agua, el tiempo, sigue. Mío
    sigue el instante aquel, sigue la huella

    de su paso en el alma. La memoria
    va escribiendo la tarde y el relente
    y el frescor del jardín recién mojado.

    Alguien se acerca. Y es la misma historia.
    Alguien que llega. Tú. Precisamente
    hablábamos de ti cuando has llegado.




Imagen: Henri Martin, jardin au soleil, 1913.



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