Mi abuela
Mi abuela tosió,
y mil gallos se
despertaron.
Mil gallos
cacarearon,
despertaron a
diez mil personas.
Diez mil
personas salieron del pueblo,
y los gallos del
pueblo aún cacareaban.
Tosiendo aún,
mi abuela
hablaba de su abuela,
su voz cada vez
más débil.
Parecía la voz
de la abuela
de mi abuela
cada vez más débil.
Mi abuela habló
y habló hasta
que se detuvo,
cerrando los
ojos.
Pareció como si
la abuela
de mi abuela
hubiera muerto
recién entonces.
Traducción:
Miguel Petrecca
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