Destierro
Hablábamos la lengua
de los dioses, pero era
también nuestro silencio
igual al de las piedras.
Éramos el abrazo de amor en
que se unían
el cielo con la tierra.
No, no estábamos solos.
Sabíamos el linaje de cada
uno
y los nombres de todos.
Ay, y nos encontrábamos como
las muchas ramas
de la ceiba se encuentran en
el tronco.
No era como ahora
que parecemos aventadas
nubes
o dispersadas hojas.
Estábamos entonces cerca,
apretados, juntos.
No era como ahora.
Imagen: Vladimir Lyubarov,
Las hojas y las personas están cayendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario