Utopía
Una isla donde
todo se aclara.
Ahí se pisa la
tierra firme
de las pruebas.
Hay un solo
camino, el de la llegada.
Los arbustos
encorvados se pliegan bajo el peso de las respuestas.
Ahí crece el
árbol de la Hipótesis Adecuada
con las ramas
desenredadas desde siempre.
El árbol de la
Comprensión, deslumbrante, recto,
junto al
manantial que susurra: “Es así.”
Más se interna
en el bosque, más se abre
el Valle de la
Obviedad.
Si surge una
duda, la desvanece el viento.
El eco, sin que
nadie se lo pida, toma la palabra con ganas,
y aclara los
misterios del mundo.
A la derecha,
una cueva donde hay sentido.
A la izquierda,
el Lago de la Profunda Convicción.
La verdad se
desprende del fondo y ya flota en la superficie.
La Seguridad
Intocable domina el Valle.
Desde su cumbre
se contempla la esencia de las cosas.
A pesar de
tantos atractivos la isla está despoblada,
y las pequeñas huellas
de los pies, reconocibles
en la orilla,
se dirigen
todas, sin excepción, al mar.
Como si sólo se
hubieran ido desde allí
para volver a
sumergirse, sin remedio,
en una vida
inconcebible.
Traducción de
Krystyna Rodowska.
Imagen: Alex
Andreyev.
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