¡Ay, triste del que
un día en su esfinge interior
pone los ojos e
interroga! Está perdido.
¡Ay del que pide
eurekas al placer o al dolor!
Dos dioses hay, y
son: Ignorancia y Olvido.
Lo que el árbol desea
decir y dice al viento,
y lo que el animal
manifiesta en su instinto,
cristalizamos en
palabra y pensamiento.
Nada más que maneras
expresan lo distinto.
Imagen: Jean Auguste Dominique
Ingres, Edipo y la esfinge, 1808.
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