La resurrección
A Stanislav Zednicek
¿Que después de
esta vida tengamos que despertarnos aquí un día
al terrible
estruendo de trompetas y clarines?
Perdóname, Dios,
pero me consuelo
pensando que el
principio de nuestra resurrección
lo anunciará el
simple canto de un gallo...
Entonces nos
quedaremos un momento tendidos.
La primera en
levantarse
será mamá... La
oiremos
encender
sigilosamente el fuego,
poner sin ruido
el agua sobre la estufa
y coger
suavemente del armario el molinillo de café.
Estaremos de
nuevo en casa.
Traducción de
Josef Forbelsky.
Imagen: Anna
Kirstine Brøndum, Muchacha en la cocina, 1888.
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