jueves, 15 de mayo de 2014

VLADIMIR HOLAN








La resurrección


                                        A Stanislav Zednicek


¿Que después de esta vida tengamos que despertarnos aquí un día
al terrible estruendo de trompetas y clarines?
Perdóname, Dios, pero me consuelo
pensando que el principio de nuestra resurrección
lo anunciará el simple canto de un gallo...
Entonces nos quedaremos un momento tendidos.
La primera en levantarse
será mamá... La oiremos
encender sigilosamente el fuego,
poner sin ruido el agua sobre la estufa
y coger suavemente del armario el molinillo de café.
Estaremos de nuevo en casa.



Traducción de Josef Forbelsky.

Imagen: Anna Kirstine Brøndum, Muchacha en la cocina, 1888.




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