Lluvia y luz de
luna
La noche de
verano crece hacia la mañana;
aún el cielo
está vacío de la aurora.
Solo la voz
pequeña de la lluvia suave,
habla ante mi
ventana abierta.
Al acostarse,
cansado de dolor y de vida,
un hombre desea
sueño, cuando le duele la tierra,
pero yo me
encuentro elevado por un más suave deseo,
porque la luna
brilla con tanta claridad.
Ay inquietud de
los días calurosos de verano,
ay senderos
caminados en la mordedura del polvo,
¿quién pediría,
después de la lasitud y de la angustia,
algo más que
este brillo de luna?
Todo lo que he
callado durante mi vida,
deseo sin forma
y sin nombre,
ahora se ha
confundido con una lluvia cálida
al otro lado de
una ventana de plata.
Versión de
Henriette Colin.
Imagen: John
Atkinson Grimshaw, Luz de Luna después
la lluvia, 1886.
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