El fracaso de la vida
Cuando el alma
recuerda la esperanza
de que nutrió su
juventud comprende
que la vida es engaño
y luego emprende
soñar que fue lo que
no fuera; avanza
así con sus ensueños,
mas no alcanza
lo que esperó; soñando
se defiende
y llega al fin
Aquella que nos prende
con el lazo de la
última membranza.
Para ver la verdad no
hay mejor lumbre
que la lumbre que
sube del ocaso,
y que luego el verdor
trueca en herrumbre:
lanzadera fatal urde
el acaso
de la vida en la trama
la costumbre:
toda vida a la postre
es un fracaso.
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