Joya abolida
para el alma
No todo está
perdido, piensas,
aguijoneado por
el impulso de una redención,
aún es tiempo de
que renazca
el árbol
sacrificado por el verano.
Así pasas la
vida, la fortuna,
imaginando el
azul y el mar por ti cantado,
miras la noche
que transcurre
sin una
blancura, joya abolida para el alma.
¿Dónde lo
verdadero entonces, dónde
la rosa revelada
por un sombrío arrepentimiento?
Tal vez no todo
sea falso, quizá tenga
ese color que
dura después de la muerte.
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