Lo que no se
recuerda
Para volver a
ser dichosos, era
solamente
preciso aquel acierto
de recordar...
buscábamos
dentro del
corazón nuestro recuerdo.
Quizá no tiene
historia la alegría.
Mirándonos
adentro
callábamos los
dos. Tus ojos eran
como un rebaño
quieto
que agrupa su
temblor bajo la sombra
del álamo. El
silencio
pudo más que el
esfuerzo. Atardecía
para siempre en
el cielo.
No pudimos
volver a recordarlo...
La brisa era en
el mar un niño ciego.
Imagen: Vincent
van Gogh, El jardín de los poetas,1888.
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