domingo, 24 de agosto de 2014

JAMES JOYCE








Oigo un ejército




Oigo sobre la tierra las huestes a la carga,
estruendo de caballos que embisten, con espuma en los cascos

Arrogantes tras ellos, en su negra armadura,
desdeñando las riendas, chasqueantes látigos, los aurigas.

Lanzan hacia la noche su grito de batalla,
yo gimo cuando duermo al escuchar distante su risa turbulenta.

Hienden la penumbra de los sueños con cegadora flama,
haciendo retumbar el corazón como retumba un yunque.

Vienen triunfales, agitan sus largas, verdes cabelleras,
han surgido del mar y corren gritando por la orilla.
¿No eres, corazón, sabio, ya que así desesperas?
Amor, amor, mi amor, ¿por qué me dejas solo?




Traducción de Marina Fe.


Imagen: Mariusz Kozik, Húsares alados, 2011.





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