Yo vi del rojo
sol la luz serena
turbarse, y que
en un punto desparece
su alegre faz, y
en torno se oscurece
el cielo, con
tiniebla de horror llena.
El Austro
proceloso airado suena,
crece su furia,
y la tormenta crece;
y en los hombros
de Atlante se estremece
el alto Olimpo,
y con espanto truena.
Mas luego vi
romperse el negro velo
deshecho en
agua, y a su luz primera
restituirse
alegre el claro día.
Y de nuevo
esplendor ornado el cielo
miré, y dije:
¿Quién sabe si le espera
igual mudanza a
la fortuna mía?
Imagen: Thomas
Hart Benton,The Hailstorm ,1940.
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