La hora y lo que
está muerto
Esta noche mi hermano camina con las botas
pesadas
a través de
cuartos vacíos encima de mi cabeza,
abriendo y
cerrando puertas.
¿Qué podría
estar buscando en una casa vacía?
¿Qué podría
necesitar allá en el cielo?
¿Recuerda su
tierra, su lugar de nacimiento iluminado por velas?
Su amor por mí
se siente como agua volcada
regresando a la
vasija.
A esta hora, lo
que está muerto se inquieta
y lo que vive
arde.
Que alguien le
diga que debería irse a dormir ya.
Mi padre deja
una luz prendida al lado de nuestra cama
y nos prepara
para nuestro viaje.
Cose diez
agujeros en las rodillas
de cinco pares
de pantalones para chicos.
Su amor por mí es
como una costura:
varios colores y
demasiado hilo,
las puntadas
irregulares. Pero la aguja atraviesa
limpiamente a
cada golpe de su mano.
A esta hora, lo
que está muerto está intranquilo
y lo que vive es
fugitivo.
Que alguien le
diga que debería irse a dormir ya.
Dios, esa vieja
caldera, sigue hablando
con su boca de
dientes,
la barba
manchada por los festines y su aliento
a nafta,
aviones, a ceniza humana.
Su amor por mí
se siente como un fuego,
se siente como
palomas, se siente como agua de río.
A esta hora, lo
que está muerto está desamparado, amable
y desamparado.
Mientras el Señor viva.
Que alguien le
diga al Señor que me deje en paz.
Ya tuve
suficiente de su amor
que se siente
como un ardor y un vuelo y escaparse.
Versión de Tom
Maver
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