domingo, 31 de agosto de 2014

JANE KENYON








Peonías al atardecer




Peonías blancas florecen a lo largo del porche
irradiando luz
mientras el resto del patio se oscurece.

Flores llamativas, grandes como cabezas
humanas. Tambaleándose
por su propia exuberancia, tuve
que apuntalarlas con estacas y bramante.

El aire húmedo intensifica su perfume
y la luna se mueve alrededor del establo
para saber de dónde viene ese olor.

En la tarde crepuscular de junio
me acerco un brote e inclinándome
lo observo como una mujer observa
el rostro del amado.


Traducción de Hilario Barrero.





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