Don Nadie
descubre la eterna insignificancia
a Ana Basualdo
En definitiva,
sólo se trata de la luz donde los Justos se
mecen en el
viento,
36 robles que se
van por las ramas en plena liviandad, que
es la creación.
Es éste el instante
en que las hojas discurren en silencio
como amantes.
en una ciudad
labrada palabra por palabra, línea a línea,
letra a letra,
y suspendida
como una gota de piedad sobre el inmenso
mundo:
el bailoteo del
corazón es siempre una pequeñísima llama,
eterna entre las
manos que la quieren viva.
Imagen: David
López García, llegada de Abril, 2010 (detalle).
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